Fundación Global Nature

La Fundación Global Nature ha cumplido 25 años de trayectoria en 2018. Promovida inicialmente por el entusiasmo de cinco naturalistas, nuestro primer proyecto fue la recuperación de la antigua laguna de Fuentes de Nava, en Palencia, desecada a mediados del siglo XX. En la actualidad, 300 hectáreas llevan un cuarto de siglo reinundadas, y albergan una de las principales poblaciones de aves invernantes del norte de la Península Ibérica. Posteriormente, se recuperaron las vecinas lagunas de Boada y Pedraza de Campos. El conjunto lagunar acoge cada año una media de entre 40.000 patos y 30.000 gansos.

La restauración de zonas húmedas ha sido el principal hilo conductor de nuestra acción. Estos ecosistemas albergan la mitad de la biodiversidad de nuestro país y de otros del entorno mediterráneo. Más del 60% se encuentran destruidos o gravemente amenazados. Por ello hemos invertido 18,9 millones de euros en 110 humedales que suman cerca de 14.000 hectáreas de inundación. La Fundación Global Nature ha sido beneficiaria coordinadora o asociada en 20 proyectos financiados por el programa europeo LIFE así como otros financiados por los programas ERASMUS e INTERREG. La mitad de ellos se han focalizado de manera directa o indirecta en la conservación de humedales de Castilla y León, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana.

Pero trabajar en la conservación y restauración de humedales significa mantener la calidad de las aguas y de los entornos que rodean las cubetas lagunares, de donde proceden los principales problemas que los amenazan (extracción de agua para riego, lixiviados de aguas agrícolas y urbanas contaminadas, procesos de sedimentación, pérdida de vegetación de ribera, etc.). Por ello, nuestra acción se amplió muy pronto al fomento de la agricultura sostenible y la responsabilidad corporativa de las empresas.

La Fundación mantiene una red de custodia agraria para el desarrollo de medidas de conservación en colaboración con agricultores. La red alcanza ya 470 convenios con agricultores sobre, aproximadamente, 25.000 hectáreas. La modificación e intensificación de las prácticas agrarias tradicionales es una de las causas más importantes del declive de muchas especies amenazadas, en particular aves esteparias como sisones, avutardas, alcaravanes, etc. La pérdida de setos, barbechos y del cultivo de legumbres, el avance del regadío, o el uso de fertilizantes y plaguicidas químicos ocasionan envenenamientos, falta de alimento al disminuir la cantidad de invertebrados y la destrucción de refugios. La introducción de cereales de ciclo corto ha reducido el calendario agrícola.

Todos los agricultores asociados a la red de custodia implementan medidas agroambientales de diferente tipo, como la reducción del uso de productos fitosanitarios y fertilizantes u otras para la mejora de la biodiversidad en el espacio agrario, como la implantación de cubiertas vegetales o el control biológico de plagas. La mejora de infraestructuras ecológicas es también parte fundamental de estos esfuerzos para mejorar los hábitats agrarios. Los programas de plantaciones de setos y linderos agrarios, así como la regeneración de dehesas extremeñas han permitido que alcancemos cerca de los 500.000 árboles y arbustos plantados.

La asunción de un protocolo de buenas prácticas de cultivo permite, a su vez, que podamos apoyar a los agricultores en la comercialización diferenciada de sus productos. Así, se exportan todos los años a Alemania entre 40 y 60 toneladas de lenteja ecológica cultivada en áreas de la Red Natura 2000, obteniendo un sobreprecio para aquellos agricultores más sostenibles que están en el entorno de humedales o que conservan las aves esteparias en Castilla-La Mancha.

Hasta la fecha, hemos desarrollado 11 proyectos directamente relacionados con la agricultura financiados por la Unión Europea o por administraciones españolas, pero la Fundación Global Nature también desarrolla experiencias en este sentido con el sector privado.

El sector agroalimentario está interesado en el establecimiento de estrategias a largo plazo que hagan frente a estos retos ambientales y sociales, y que permitan asegurar el suministro del que depende, así como un comportamiento más ético. Por ejemplo, se trabaja en la creación de códigos de aprovisionamiento sostenible con empresas como Nestlé y Calidad Pascual. En paralelo, se trabaja también con otras empresas de diferentes sectores (energético, cosmética, hostelería, etc.) en la implementación de medidas compensatorias al impacto de su actividad centradas en la restauración de estos sistemas agrarios tradicionales.

Toda esta actividad no tendría sentido si no se acompaña de un cambio radical en la sensibilización de los ciudadanos. Por ello, hemos divulgado nuestro trabajo entre más de 19.000 escolares en los últimos años en las áreas donde venimos trabajando y tenemos previsto llegar a otros 14.000 en los próximos tres años. También hemos formado a cientos de agricultores y gestores en técnicas innovadoras para mejorar la sostenibilidad de cultivos, la gestión hídrica de los humedales.

24 premios avalan esta trayectoria de 25 años, pero no pueden ser una excusa para la autocomplacencia.